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"Comienza el soterramiento de la A-5: Madrileños optan por el metro al ver autobuses medio vacíos"

Las obras ya han comenzado. Esto se evidencia a través de una línea amarilla continua que, desde este 15 de enero, restringe el tráfico de la A-5 a dos carriles en ambos sentidos en la zona del Paseo de Extremadura. La capacidad de la vía se ha visto disminuida a la mitad, desde el punto kilométrico 3+300 hasta el 6+250. Los atascos, como era previsible, se han manifestado con intensidad a primera hora de la mañana, pero lo más destacado es el desconcierto generalizado entre los usuarios del transporte público de los municipios del sur de la comunidad, como Alcorcón, Móstoles o Navalcarnero, que son los más perjudicados por estas nuevas restricciones. “Pasarán semanas hasta que logremos entender cómo funcionará esto. Los paneles informativos de los autobuses continúan indicando que estos llegan hasta Príncipe Pío”, sostiene Montse Benítez, de 43 años, profesora en un instituto de Argüelles, quien se desplaza desde Alcorcón a Cuatro Vientos, el epicentro de la actividad y el lugar donde se han registrado las aglomeraciones más significativas, concentradas principalmente en la parada del metro. Durante la hora punta, los trenes han operado con una frecuencia de tan solo dos minutos.

La actividad comienza, sin embargo, a medianoche del martes. Varias cuadrillas de operarios con uniformes reflectantes se dejaban ver a las once de la noche a cuenta gotas por la A-5 desde la estación de metro de Batán. “La primera piedra de cualquier obra siempre es un cono”, asegura con rotundidad Daniel Stir, de 40 años, que se autodenomina como “pintor de carretera especializado en señalización”. Stir, que nació en Rumanía, atiende a las indicaciones de un policía municipal que traza el plan sobre el capó de su coche, aunque él ya tiene claro su cometido. “Voy a dejar esto impecable. Esta es mi noche”, sostiene. Así, sentado en la parte trasera de una furgoneta descapotable, Stir deja caer con mimo cada tres líneas discontinuas uno de los “400 conos” que dice haberle encomendado su empresa para señalizar la vía “casi hasta Príncipe Pío”.

En la avenida de las Retamas de Alcorcón los autobuseros están “en fuera de juego”. “Nos estamos enterando de lo que pasa por lo que vemos, no por lo que nos han dicho. Aquí no hay nadie que pueda decir que esté bien informado”, se queja J. , un joven de 36 años que apenas lleva unos años como conductor de la línea interurbana 516. Arriva —la empresa de transporte que gestiona casi todos los autobuses que conectan con el cinturón sur de la comunidad— ha prohibido “terminantemente” hacer declaraciones a los medios de comunicación.